Red Hood ha tomado Gotham por asalto, y ahora los Titans saben que se trata de Jason Todd (Curran Walters), sin embargo, la trama toma una velocidad trepidante ya que el nuevo Capucha Roja lanza su juego más siniestro.
Una responsabilidad compartida
Dick (Brenton Thwaites) se encuentra consternado, acaba de empezar a actuar en una Gotham sin Batman, y con el legado que Bruce Wayne (Iain Glenn) le impartió con su frase “Se un mejor Batman”, que aún se siente completamente a la sombra de quien lo entrenó. La revelación de que Jason vive tiene consternado a todo el grupo, pero es Hank (Alan Ritchson) quien más aboga por frenar sus actividades de manera tajante: “si me quedo a solas con el muchacho, lo haré caer” (como eufemismo de asesinato).
El grupo se divide entre una Dawn (Minka Kelly) que trata de mantener la tranquilidad, Kory (Anna Diop) que intenta enfocarse en el problema del equipo, pero continúa con sus visiones que la abstraen completamente de la realidad y la controlan, y los más chicos, Gar (Ryan Potter) y Conner (Joshua Orpin) que no saben cómo reaccionar.
La trampa
Hank recibe una llamada de Jason, y decide hacer su movimiento, piensa que realmente puede contra un chico que, según su llamada, parece asustado y perdido. Algo que Hawk no toma en cuenta, es que este chico fue entrenado por Batman, y si Dick enfurecido era implacable, Red Hood será mucho peor.
Luego de hacer al justiciero emplumado dar vueltas por media Gotham, termina por hacerlo ir a un Gimnasio, con claras referencias al cómic “Three Jokers” de Geoff Johns y Gary Frank. Jason termina por sorprender a Hank quien volverá a la Batcave con una bomba implantada en el pecho, y que le deja un tiempo de vida medido en sus propios latidos. Ahora, todos están a la tarea para lograr desactivar la Bomba.
La clave está en el jugador
Mientras ponen a Hank a descansar, Kory irá con Bárbara (Savannah Welch) para averiguar lo más posible sobre cómo es que el cuerpo de Jason salió de la morgue, y quién lo ayudó. Dick irá a ver a Crane (Vincent Kartheiser) quien en su análisis determina que la guerra de Jason es literalmente contra “su padre”, por lo que usará las herramientas del mismo para combatir.
Dick entiende que el origen de la bomba está relacionado a Waynetech, y al poner a Conner a investigarlo lo encuentra sin problemas, la dificultad, es que necesitan armar un desactivador con una frecuencia que tiene millones de posibilidades. Superboy es puesto a la tarea mientras Jason llama exigiendo un rescate por desconectar la bomba, pide un cargamento en oro, solo para que al secuestrarlo, los héroes queden como los villanos de Gotham.
Las discusiones sobrevienen sobre si cumplir con las demandas de Jason, Dawn está de acuerdo en cumplirlas, pero Dick no. Esto llevará a Dawn a intentar, ella sola, cumplir con lo que Red Hood demanda para salvar al hombre que ama pero…
El secreto de la capucha
Dawn va hasta el lugar marcado por Jason para entregar el oro, y él le tiende una nueva trampa, le deja un arma, y aparece con un dispositivo en la mano, sosteniendo que la única forma de que Hank se salve, es matándolo, porque solo se desactivará si él suelta el control. Dick llega para tratar de convencerla de que desista, pero pese a las advertencias (y a una desesperada pelea), Dove termina por apretar el gatillo, descubriendo así, que ese mismo arma era el detonador de la bomba.
Conner consigue encontrar la frecuencia para desconectar la bomba pero llega apenas segundos más tarde, para ver la explosión que se encuentra donde antes estaba el cuerpo de Hank, su compañero. Red Hood ríe victorioso mientras Dawn se desploma en los brazos de Nightwing.
Ahora ha muerto otro Titan, pero esta vez, asesinado por uno de los suyos, o al menos por uno que lo fue. El juego de Jason ya ha escalado a otro nivel, y a partir de este momento, la solidez del equipo será más débil que nunca. Un Nightwing que no puede mantener al equipo centrado, Dove devastada por la culpa de la muerte de su amado, Conner, el super humano que pese a sus poderes no pudo llegar a tiempo, y Kory que no entiende lo que le sucede, todos contra un ex miembro que los conoce y que está completamente enfocado.
En este episodio, la tensión ha sido la clave. El deadline (nunca mejor aplicado) que introduce la bomba de Jason sobre Hank ha sido manejado a la perfección con una dirección fantástica en los momentos definitivos de Dawn en el showdown decidiéndose entre Nightwing o Red Hood y qué hacer. Uno de los episodios mejor dirigidos al momento.
Titans ha matado a un personaje para demostrar que van completamente en serio, y que, como dijo Dick en el capítulo anterior, en Gotham la gente muere, no solo la gente normal, también gente como ellos. La dura lección para el líder del grupo es que no siempre se puede ganar en ambos frentes, y a veces las decisiones pueden costar muy caro.
Titans se emite todos los jueves por HBO max en USA y una vez termine de emitirse llegará a América Latina vía Netflix.