John David Moffat IV es un editor y director que ha debutado como realizador con su primera película “Goin´Around (2021), también participó como asistente de producción en “Drive” (2011) protagonizada por Ryan Gosling. Pero es con “The Blackout Experiment” que consigue llegar a los cines y a la plataforma de streaming, Prime Video.
En esta oportunidad nos presenta un film que sigue la misma trama de películas como “Saw” (2004) y “Cube”
(1997). Pero lejos de rescatar las cosas favorables de estos títulos, termina siendo un plagio con un guion pobre y una argumentación inexistente. Seis extraños se despiertan dentro de una habitación adornada con armas y se ven obligados a matarse entre sí o ver morir a alguien que les importa profundamente. Es lo que anuncia la sinopsis de “The Blackout Experiment”, y logra captar un poco la atención de los espectadores. Pero con sólo ver los primeros 10 minutos de la película se anuncia que la película va a ser un fiasco.
La historia transcurre dentro de cuatro paredes manchadas de sangre y de apariencia decadente. Las personas allí, despiertan en medio de la oscuridad sin recordar cómo o qué los trajo hasta ese lugar, atemorizados por no saber qué está sucediendo ni a quién tienen al lado. Cuando las luces se prenden, pueden conocerse los rostros y ver que claramente no hay nada que los una en el pasado. También algunos personajes van descubriendo que hay armas desparramadas por el lugar, y a medida que se van despertando, cada uno se adueña de la suya. Una embarazada, una esquizofrénica y un hombre que actúa como pacificador, son algunos de los integrantes de
este extraño grupo humano.
En medio del espacio se encuentra un televisor antiguo que al intentar encenderlo parece no funcionar. Pero una vez que todos se conocieron y deciden armarse para proteger su integridad, la pantalla se enciende y en ella se descubre el rostro de una mujer asiática. La doctora Kasuma se presenta como la creadora del experimento social en el que se ven envueltos los personajes. Su juego es el siguiente: para salir del cuarto deben matar a una
persona antes de que el tiempo termine y el contador vuelva a reiniciarse.
Como incentivo para realizar la tarea, muestra la imagen del ser querido de alguno de los participantes, alegando que si no cumple con la consigna del juego en los próximos minutos, esta persona morirá. Primero lo hace con un integrante, y luego lo repite con el resto. Detrás de la pantalla, a todos los espera alguien que depende de ellos para seguir con vida. Claramente lo que la doctora quería conseguir con este experimento, era reafirmar la teoría de que el ser humano es una bestia y por consecuencia, es malo por naturaleza. Si el medio
en el que vive lo obliga a acechar a sus pares con tal de sobrevivir, es capaz de convertirse en una criatura perversa. Pero de qué sirve comprobar algo si no existe un fin donde aplicarlo. Si había algún tipo de conclusión en su investigación, esta película no se molesta en explicarlo. Sólo sabemos que sus métodos de refutación son poco convencionales y bastante inmorales.
“The Blackout Experiment” es de esas películas que uno no entiende por qué todo funciona tan mal. Para empezar el argumento de la trama alcanza y sobra para un cortometraje de bajo presupuesto. Es innecesaria la duración que tiene, no ayuda para nada a la experiencia del espectador y hace que la película se vuelva eterna. Los diálogos no tienen coherencia alguna y no aportan nada al desarrollo de la narrativa, que tampoco es muycompleja. Las actuaciones son paupérrimas. Se abusa de los estereotipos de personajes de sátiras de terror, pero de una manera muy básica. Ni siquiera tiene el contenido suficiente para al menos ser una película gore, mucho menos llega a ser del todo sangrienta para que genere incomodidad.
La trama carece de ingenio y se nota muchísimo. Lo que uno imagina de una película que transcurre los 80 minutos en un sótano vacío es que el diálogo de los personajes va a lograr llenar ese enorme espacio. Pero el guion estáaún más vacío que la locación que eligieron para este film. Hay tantos errores como planos existen. Primero: no hay una continuidad respecto al tiempo que le da la doctora a los participantes. Inicia con 15 minutos, luego es de 10 y finaliza por dar sólo 5 minutos, y todo esto sin explicación alguna. Segundo: intenta crear conmoción en el espectador cuando cada uno de los participantes interactúa con su ser querido. Pero en ningún momento cuentan las historias pasadas de estas personas. Si bien no es algo necesario para la trama, si se intenta empatizar con el dolor de los participantes, debe existir una relación causal que sostenga lo que se está viendo. Tercero: cuando se encienden las luces, las armas aparecen en manos distintas. ¿Con qué excusa? Nada en esta película tiene explicaciones y mucho menos sentido. Cuarto, los hechos transcurren como si cada actor estuviera esperando para decir su línea, para que el siguiente pueda decir la suya. Nada de eso es realista, no hay emoción y el diálogo es completamente tonto.
La premisa parecía interesante, no aportaba ninguna historia nueva pero es una trama que con algo de ingenio y buenos personajes, podían lograr un resultado óptimo. El director parece haber deseado todo lo contrario, y de manera consciente. No existe otra misión en la película que irritar al espectador. Desborda de incoherencias y sentimentalismo barato. Gritos, sonidos extraños y malos efectos para el momento de las muertes. Y como si fuera poco, el final no tiene solidez bajo ningún punto de vista. Realmente parece que hubieran querido agotar todos los recursos posibles con la única decisión de hacer una mala película.
Puntaje: 2