Ya hemos visto todos los altos y bajos posibles en las distintas sagas de Star Wars, desde pésimos guiones y pobres direcciones hasta terribles huecos de trama con horribles explicaciones; y Star Wars: Episodio IX – El ascenso de Skywalker, cuenta con todo eso.
2017 fue un año donde los fanáticos de la epopeya espacial tuvieron sentimientos encontrados con la secuela The Last Jedi, dónde las opiniones variadas oscilaban entre el amor y el odio hacia la entrega dirigida por Rian Johnson, quien, objetivamente, tuvo una visión errónea para con el universo de Star Wars y lo que este engloba, así como los distintos desarrollos de personajes, los cuales poco tuvieron que ver con las versiones anteriores que todos conocimos, ya sea cuando hablamos de los protagonistas de la saga original así como cuando hablamos del nuevo cast principal.
Tras todo lo sucedido con la entrega pasada, Disney volvió a entregarle la batuta al director de The Force Awakens, J. J. Abrams, director en quien el público confía a la hora de dirigir una entrega de la famosa saga de los Jedi, quien tuvo que arreglar los huecos de guión que dejó su antecesor, dándole el trabajo de arreglar todo agregando cosas de donde no había y explicando cosas que habían quedado en incógnita a partir de la nada misma.
A partir de ahora se hablará con spoilers, así que si todavía no viste Star Wars: Episodio IX – El Ascenso de Skywalker, te recomendamos que primero veas la película, o en su defecto, que leas con cautela.
El filme desde un comienzo empieza con un terrible sin sentido, Kylo Ren está en la búsqueda de unas runas milenarias que pertenecieron a los Sith (algo de lo que nunca se habló en ninguna película anterior) para así poder encontrar un supuesto planeta sagrado escondido en el vacío del espacio que perteneció a la orden oscura para así poder encontrar al Emperador Palpatine, quien si no recuerdan murió muy explícitamente en el Episodio VI, allá por 1983. Personaje el cual todos nos habíamos olvidado, pues de poca importancia es en esta nueva saga, y por alguna razón, la cual no es explicada o nombrada, sobrevivió a la pelea con Luke Skywalker y se mantuvo en las sombras por casi cuarenta años manejando todo en las sombras cuando, otra vez, no tiene base empírica por la misma construcción narrativa que venía logrando la saga que comenzó en 2015.
Por otro lado, así como la vuelta de Palpatine tiene “una razón de ser” con la trama principal, la cual no tiene un hilo fijo debido a todos los cambios que hubo mientras la historia transcurría donde en vez de planificar la trama a grandes rasgos para evitar cosas como estas en donde se tienen que arreglar errores pasados con conceptos descabellados, la historia que nos contaron sobre el linaje de Rey, siguió dando vueltas hasta desembocar a otra conclusión que nunca fue construida y recién se introduce en este episodio para poder arreglar lo que Johnson hizo en la anterior entrega, el hecho de que los padres de la protagonista fuesen dos personas comunes que abandonaron a su hija porque sí.
Abrams agarra esto y lo modifica con simples conversaciones y flashbacks forzados introduciendo personajes que lo único que hacen es evitar que la trama avance, haciendo que los 142 minutos se sientan más pesados de lo que normalmente suelen ser las películas de la saga en general, pues ya sabemos que esta franquicia cuenta con un estilo narrativo donde las cosas se cuentan con tiempo, y de alguna forma, el director de esta entrega logró hacer una película lenta y aburrida que a su vez se queda corta con los tiempos y no le alcanza el tiempo para contar las cosas que debería.
A fin de cuentas el filme no llega a cumplir las expectativas, por lo menos no desde el lado que esperamos los fanáticos de las películas originales, y solamente logramos ver un intento de copia que no llega más allá que otra cosa que no sea lo que es, una película pobre que culmina con una saga que no fue bien planificada y terminaron entregándonos tres desastres que hoy en día conocemos como The Force Awakens, The Last Jedi y The Rise of Skywalker.
Puntaje: 4/10.
Dirección: J. J. Abrams.
Guión: J. J. Abrams, Chris Terrio.
Protagonistas: Carrie Fisher, Mark Hamill, Adam Driver, Daisy Ridley, John Boyega, Oscar Isaac, Anthony Daniels, Naomi Ackie, Domhnall Gleeson, Richard E. Grant, Lupita Nyong’o, Keri Russell, Joonas Suotamo Kelly Marie Tran, Ian McDiarmid, Billy Dee Williams.
Producción: Kathleen Kennedy, J. J. Abrams, Ram Bergman.
Fotografía: John Schwartzman.
Montaje: Maryann Brandon, Stefan Grube.