La crisis del coronavirus afectó duramente a Hollywood. Mientras las grandes productoras no dejan de posponer sus estrenos ( Disney con Black Widow, Tom Cruise con Top Gun 2 y Steven Spielberg con su nueva versión de West Side Story). La vuelta al set con estrictos protocolos encarece las producciones y además postergar los estrenos también genera un gasto económico.
Es el caso de No Time to Die, la nueva película de James Bond y la última que será protagonizada por Daniel Craig. Cada mes que falta para su estreno cinematográfico en el mes de Abril de 2021, su costo de demora es de un millón de dólares, según el informe revelado por The Hollywood Reporter. El aumento del presupuesto se debe a un préstamo que el estudio MGM solicitó a un banco para financiar el largometraje, algo habitual en este tipo de producciones. Recordemos que se iba a estrenar en Abril de este año y luego pasó para Noviembre y debido a la pandemia se volvió a posponer para el próximo año.
Ahora MGM no mira con malos ojos vender el estreno de James Bond al streaming de alguna plataforma, como consecuencia de la incertidumbre de cuando abrirán nuevamente los cines. Un ejemplo alarmante es el caso de nuestro país, desde el 15 de Marzo que permanecen cerrados y por eso la última comedia de Adrián Suar, Corazón Loco, fue vendida a Netflix para estrenarla por streaming. También tenemos el caso de Disney que desde su propia plataforma decidió estrenar Mulán y Soul de Pixar. Aunque los números de taquilla vistos por Mulán no han sido comparables a un estreno en cines, como se pudo analizar en la taquilla cinematográfica con Tenet de Christopher Nolan, que sin ser un tremendo éxito, tan mal no le fue. Por eso la negativa de MGM de no vender No Time to Die a la plataforma Apple tv por 400 millones de dólares ( según Variety buscan venderla como mínimo en 600 millones).
El panorama es muy oscuro si la situación del coronavirus se extiende más en el tiempo y siguen las políticas de mantener los cines cerrados o abiertos a un 50 % de su capacidad, pero creo que la cuestión pasa por cada país y su manera de comprender y analizar la situación. Se supo que en Estados Unidos la reapertura de las salas en Agosto hizo que mucho público volviera al cine, pero al poco tiempo se desplomó, caso contrario pasó en la misma temporada en España donde fue un éxito y la gente quiso animarse a volver a la sala oscura del cine, esto se detuvo por la alarmante subida de contagios, el cual el gobierno Español decidió volver a cerrar los cines.
Las grandes producciones necesitan la masiva concurrencia del público en las salas para poder equilibrar los balances de los costos de sus producciones y venderlas a las plataformas, por ahora, no es la solución, pero por lo visto es la única manera de cortar los gastos. En conclusión, si la película número 25 del agente 007 se estrena vía streaming marcará un antes y un después en la historia del cine. Debido a que será la primera vez que Bond no se presente en la pantalla grande y podría ser el inicio fatídico de empezar a estrenar las grandes superproducciones a la pantalla hogareña. El momento se sabe que es difícil y hasta podría ser entendible para el espectador, pero como exponía la carta escrita por grandes cineastas como Scorsese, Eastwood, Cameron y otros directores, donde pedían salvar y proteger las pantallas de cines de una tremenda crisis económica. El cine nació para ser visto en comunidad, para ser el espejo y una ventana de nuestra propia historia e identidad.