Hubo una época en donde Paul W.S. Anderson no se dedicaba a arruinar Resident Evil (próximamente hará lo mismo con Monster Hunters, seguramente), no metía a Milla Jovovich en todas sus películas a la fuerza y trataba de hacer un cine distinto.
Event Horizon es un ejemplo de eso y pese a no ser bien recibida en su estreno se fue ganando con los años un lugar como film de culto. Paramount cortó bastante parte de la cinta y nunca podremos ver un Director Cut con alguna escenas que amplían la historia porque, lamentablemente, se perdió todo el material extra.
El año es 2047, la nave experimental Event Horizon reaparece sorpresivamente en orbita alrededor de Neptuno después de haber desaparecido hace siete años en su viaje inaugural a Proxima Centauri, el doctor en física William Weir (Sam Neill) es enviado junto a la tripulación de la nave de rescate Lewis And Clark a investigar.
Weir es el creador de la Event Horizon, que usa un motor gravitacional innovador para crear agujeros negros que en teoría permitirían viajes casi inmediatos a distancias inimaginables, la nave entró exitosamente en el agujero negro pero después de una horas de viaje dejó de transmitir dejando atrás solo una señal de auxilio.
Aquí es donde entra en escena la tripulación encargada del rescate compuesta de personajes interesantes con los cuales se puede empatizar fácilmente. Entre ellos está el capitán Miller (Laurence Fishbourne), la segunda al mando Starck (Joely Richardson), el oficial medico DJ (Jason Isaac), Peters una técnica medica ( Kathleen Quinlan), el joven ingeniero Justin (Jack Noseworthy), el piloto Smith (Sean Pertwee) y el especialista en rescates Cooper (Richard Jones).
Las actuaciones cumplen, hay buena química entre todos, especialmente entre Fishbourne y Richardson y podes creer que son personas que hacen años están trabajando juntas, con sus chistes internos y diferentes historias, pero el que destaca es Sam Neill, que con su Doctor Weir le da vida a un personaje con mucha más dimensión y motivaciones que los demás.
Igualmente la protagonista indiscutible es sin duda la Event Horizon, con sus pasillos claustrofóbicos, su oscuridad permanente, la sensación de asfixia y peligro inminente al acecho. Sus paredes metálicas se contraen y hacen ruido como si respiraran, el motor gravitacional parece un corazón latiendo. Desde el primer momento algo no está bien. Cuando Justin por error hace arrancar el motor, una onda expansiva daña la nave de rescate dejándolos atrapados y con pocas horas de aire, sin contar que están en una orbita de colisión hacia la superficie de Neptuno. A medida que pasa el tiempo la tripulación de la Lewis and Clark empieza a ponerse más paranoica, alucinaciones de personas de su pasado los atormentan, voces susurran en sus oídos, la locura y la violencia empiezan a atraparlos en una espiral vertiginosa. Es la falta de oxigeno que los hace actuar asi o es algo más? Tiene algo que ver con la desaparición de la tripulación original?
En el apartado técnico se destaca el sonido, junto al uso de colores apagados y sombras es fundamental para crear un ambiente sofocante y amenazante. Los efectos especiales en su mayoría son buenos, el CGI de las naves con su diseño industrial y pulido llegando a Neptuno al comienzo de la película es excelente y destacan los efectos prácticos especialmente en las partes finales de la peli, donde el gore y la sangre toman la delantera. El guion es simple y va al punto, los diálogos no están llenos de tecnicismos inútiles y no hay partes de la cinta que frenan el desarrollo, todo fluye muy bien hasta el desenlace final.
Que pasó con la tripulación de la Event Horizon? Adonde estuvo la nave durante siete años? Que horrores trajo con ella?
Descubrir todo esto con el avanzar de la trama es un placer, una película para ver y que le va a encantar a los fanáticos del terror espacial y cósmico.
Puntaje 7/9