Pasión por las letras presenta una crónica de los tiempos de Max Perkins (Colin Firth), el editor de libros más admirado en el mundo, que presentó al público a los más grandes escritores de este siglo, revolucionando la literatura americana. Incasablemente comprometido con el fomento del talento, fue la fuerza detrás de grandes estrellas literarias como F. Scott Fitzgerald (Guy Pearce), Ernest Hemingway (Dominic West) y Thomas Wolfe (Jude Law).
La película inevitablemente se centra en dicho editor portagonizado por Firth, mientras que Law permanece como un personaje que le da sentido, y mucho carácter poético al filme para más adelante convertirse en el eslabón de evolución de Firth.
Pero primero lo primero, la película está dirigida por el director de teatro británico Michael Grandage, quien le da aspectos al largometraje de un arte que él bien conoce, el teatro. La reconstrucción meticulosa del período con calles llenas de autos antiguos apropiados comienzan de manera prometedora, y con la fotografía de la mano de Ben Davis, quien ha sido responsable de trabajos como “Guardianes de la galaxia” o “Kick ass” la faceta técnica parece bien resuelta.
Las actuaciones son muy buenas, aunque es extraño que el director decidiera elegir a todos los actores ingleses y australianos en los papeles principales de una historia tan totalmente estadounidense. Más allá del inesperado dato, el comportamiento de Wolfe es escandaloso, con la actuación superior de Law, goza de un acento destacable y una personalidad inspiradoramente bohemia. Colin Firth interpreta a Perkins como una figura paterna digna, siendo un contraste con Wolfe, y si bien Firth no es el actor versátil, él es bastante adecuado para el papel de editor de libros.
Luego se encuentra F. Scott Fitzgerald, interpretado por el actor australiano Guy Pearce. Mientras que Nicole Kidman es irreconocible bajo una peluca negra, aportando el drama necesario para alinear la balanza junto con Laura Linney parece más matrona como la esposa del editor.
Con un guion escaso donde no hay una gran historia, la película esquiva las balas para presentarse aceptable. Pero parece no ser suficiente, dado que era claro que debía presentar algo mejor con personajes tales como Perkins, Hemingway o Wolfe. Sí, parece estar encaminada pero algo le falta y, dicho problema pareciera recaer en Michael Grandage, inexperto como director de largometrajes.
La falta de peso dramático, y la necesidad de un guion capaz de sostener todas las buenas intenciones de convertirlo en algo prometedor, la película termina desplomándose. Grandes actuaciones con poco personaje no son suficientes para Genius.
La película ha recibido críticas mixtas por parte de la crítica y la audiencia pero aun así ha sido nominada a los Premios Goya: Nominada a mejor película europea y al Festival de Berlín: Sección oficial largometrajes a concurso.
Lo interesante es ver cómo los actores hacen sus esfuerzos para sobrellevar los 104 minutos de duración, como también el mensaje inspirador que parece comenzar a verse; la idea de un genio incomprendido construye aún una premisa más fuerte, y la amistad. Lo cierto es que dan ganas de ver más, mucho más de lo que no fue. Quedándose a mitad de camino, el largometraje se disfruta mas allá de sus grandes errores. Pareciera incentivar a quienes son mas afines a las letras, y entusiasma.
5/10
Título: Genius / Pasión por las letras
Nacionalidad: UK, USA
Género: Drama, Biopic
Reparto: Colin Firth, Jude Law, Nicole Kidman, Dominic West, Guy Pearce
Dirección: Michael Grandage