En 1992, el director marcó la pauta con Reservoirs Dogs, una película de atraco en Los Ángeles con una estructura narrativa poco ortodoxa. Tarantino establece literal y figurativamente su voz cinematográfica, ya que la película comienza con el propio Tarantino (como el Sr. Brown) entregando un monólogo ahora icónico. Reservoirs Dogs inspiró a una nueva generación de cineastas y precedió a una de las películas más influyentes de los años 90, Pulp Fiction, que muestra todas las marcas clásicas de las películas de Tarantino.
Al igual que Reservoir Dogs, Pulp Fiction presenta una narración no lineal. La violencia es extrema. Los personajes son elegantes. El diálogo es hábil. Pulp Fiction cambió para siempre la cultura pop y fortaleció la marca de Tarantino como cineasta. Pero luego lanzó Jackie Brown, una película que se desvió de su fórmula estructural y no se convirtió en una sensación de la cultura pop, ni siquiera en un gran éxito de taquilla. A partir de ese momento, Tarantino volvió a la plantilla establecida por sus dos primeras características. Kill Bill incluye todo el caos que los fanáticos esperaban.
Además de Inglourious Basterds, las películas de Tarantino de 2007 a 2015 no se consideran necesariamente clásicas. Tanto los fanáticos como los críticos reconocieron que podría haber estado tratando de ser demasiado agresivo, ya sea por el uso desenfrenado de insultos raciales en Django Unchained o la ultra violencia de The Hateful Eight. Por ahora, todos sabemos lo que alimenta una película de Tarantino. Pero Once Upon a Time in Hollywood rompe con sus propios cánones, evitando ofrecernos su fórmula habitual.
Al igual que Jackie Brown, Once Upon a Time in Hollywood tiene una historia suave y lineal. Tarantino no parece interesado en flexionar para la audiencia. En cambio, se toma su tiempo con cada secuencia. Tarantino presenta de inmediato a Rick Dalton como una figura comprensiva, alguien a quien el público realmente puede apoyar. Algunos espectadores pueden esperar una historia que trata fundamentalmente sobre los asesinatos de Manson, pero la trama real de Once Upon a Time in Hollywood se establece sutilmente durante la escena del restaurante entre Al Pacino y DiCaprio. Rick se da cuenta de que ya no es relevante en la industria y debe superar sus inseguridades. Tarantino luego sumerge a los espectadores en el mundo de Rick. De repente, la película trata el conflicto interno de Rick, así como de sus luchas emocionales universalmente relacionadas.
Con Once Upon a Time in Hollywood, Tarantino se ralentiza. En lugar de salpicar la pantalla con sangre y salpicar cada escena con un diálogo tan inteligente, Tarantino desarrolla los traumas de sus personajes en la cotideaneidad de sus vidas. Subraya la psicología asociada con Rick y Cliff, y especialmente su amistad. El actor lucha con lo que podría haber sido (un papel principal en The Great Escape); el doble de riesgo lucha con la percepción pública de que mató a su esposa. Ambos hombres son individuos defectuosos que presentan una imagen específica pero intentan cambiar con el tiempo, mientras se mantienen fieles a sus creencias fundamentales.
Tarantino cree priorizar la tensión sobre la violencia, y lo logra tan solo en dos escenas. La secuencia en Spahn Ranch que es brillantemente ejecutada, y los minutos finales, dónde la Familia de Manson se dirige a la Casa de Sharon Tate. Desarrolla completamente a los dos personajes masculinos principales, relegando a la figura de Tate a un segundo plano, uno más accesorio, mostrando como la actriz además de bella es inocente a lo que le espera; no la convierte en un ‘personaje Tarantino’ arquetípico, sino que muestra que es una actriz con un futuro prometedor y feliz con la vida que está manteniendo. Robbie recibe poco diálogo y cuando fue cuestionado por eso durante el Festival de Cannes, Tarantino respondió ‘Rechazo tu hipótesis’ a la periodista sin dar mayor explicación del por qué el personaje había tenido tan poca participación. Entonces las líneas ingeniosas se reservaron para Rick y Cliff, junto con todos los demás personajes ficticios.
El impactante final de Once Upon a Time in Hollywood tiene un giro simple y ficticio del destino, Tarantino redirige la violencia hacia la Familia Manson, reescribiendo un nuevo final para una persona que murió de manera dramática y cruel, sin embargo, esto nos lleva a pensar en otras dos películas que tienen un marco histórico: Inglourious Basterds y Django Unchained. En la primera Hitler muere a mano de los judíos que sometió, en la segunda un negro se subleva y escapa de la esclavitud para someter a los blancos que tanto dolor le infligieron. En cambio, Sharon Tate queda como simple espectadora sin ser nunca el sujeto que se reivindica y cambia la historia. Tarantino otorga un final catártico a aquellos que están familiarizados con los eventos de la vida real, en su cuento, Tate y sus amigos viven,y la familia Mason es castigada por sus acciones.
Sin dudas Once Upon a Time es un gran homenaje no sólo a Hollywood, referenciando a directores, actores, películas, series, lugares, mostrando un gran amor por la década del ’60 y los cambios en la industria del cine, sino que también a sus gustos particulares y su visión personal sobre el cine, aunque más allá de eso, se haya alejado de la narrativa que lo convirtió en el icono que es y esta vez no haya tenido una buena historia que contar.
Ahora en cartelera Once Upon a Time in Hollywood, escrita y dirigida por Quentin Tarantino, protagonizada por Leonardo DiCaprio, Brad Pitt y Margot Robbie.