Desde hacía un tiempo no veía una película como esta, una crítica a la sociedad en la que vivimos, muy del estilo que logró Sean Baker en El proyecto Florida (The Florida Project, 2017) o incluso como el maestro Ken Loach, cuyo tema recurrente en toda su filmografía es hacer denuncia a las desigualdades de la sociedad como en Yo, Daniel Blake (I, Daniel Blake, 2016) o también en contra del imperialismo británico, expresado así en El viento que acaricia el prado (The Wind That Shakes the Barley, 2006). Pero no quiero caer en las comparaciones, Andrew Haigh ya viene haciendo su carrera como director desde su debut en 2003 con Oil, aunque tal vez su filmografía no sea tan conocida en este lado del mundo debido al tipo de cine que hace, el cual no es el que a las masas les gusta consumir, ya que tienen una carga de realidad que el público quiere evitar cuando va al cine.
De todas formas, y gracias a su continuo trabajo, tras la multipremiada 45 Years de 2015, el cineasta nos trajo un drama basado en el libro homónimo de Willy Vlautin que fácilmente podemos asociarlo con la vida real y es un golpe bajo debido a la crudeza con la que trata tantos temas.
Charley Thompson (Charlie Plummer) es un adolescente que vive con su padre Ray (Travis Fimmel) alejados de la ciudad en Oregon, Estados Unidos. En varias situaciones, con las pocas palabras que intercambian durante la cinta, podemos descubrir que ya se han mudado varias veces y que la relación padre hijo es algo complicada, el padre Charley le dedica más tiempo a la bebida y a las mujeres que a su único hijo, más allá de que en ningún momento lo maltrata o lo violenta, nos damos cuenta de que no es un padre convencional.
Mientras descubre el barrio durante una de sus corridas diarias, el joven protagonista descubre un hipódromo cerca de su casa. Tras esto, decide buscar trabajo, terminando como peón de Del Montgomery (Steve Buscemi), un entrenador que está cerca de perderlo todo, que también trabaja con Bonney (Chloe Sevigny).
Con este trabajo, Charley se encariña con uno de los caballos de carrera de su jefe, Lean on Pete, y logra formar un vínculo que ayuda al joven a no perder las pocas esperanzas que le quedan. Donde luego de una serie de sucesos trágicos, Charley decidirá escapar con el equino, dejando atrás su vida y adentrándose en una dramática aventura.
La película en su totalidad puede ser sin duda la obra maestra del cineasta, ya que logra hacer una colectividad donde la puesta en escena, la dirección de actores y el guion conviven en armonía.
Con una dominancia de planos largos donde deja que los actores, valga la redundancia, actúen, y hagan lo que tienen que hacer. Donde la dirección de actores sin duda es lo más notable, ya que, al utilizar planos tan abiertos, podíamos ver y sentir la libertad con la que estos se encontraban en frente a cámara.
De todas formas, el guión, más allá de ser una gran historia y de que los personajes estén tan bien construidos, en algunos momentos podemos sentir algunas situaciones forzadas, en los que el personaje principal sale de situaciones muy complicadas de una forma simple, sin que le pongan una traba verdadera. Esto tal vez haya sido para evitar alargar demasiado la cinta, ya que, con sus 121 minutos de duración, hubiese estado de más alargarla, pero de cierta forma uno no termina de sentir esas situaciones del todo naturales. Obviamente, sin menospreciar la historia en general, la cual es cautivadora y nos mantiene en el borde del asiento durante toda la función.
Sin duda, lo mejor de toda la película es la actuación de Charlie Plummer en el protagónico, no cabe duda de que sus compañeros también tienen actuaciones notables, pero el joven de 19 años hizo un papel digno de aplausos donde literalmente podemos sentir lo que el siente.
También es destacable la visión que tiene la película en cuanto a la sociedad, donde nos muestran como una persona lo puede perder todo y quedar en la calle, dando una visión muy humana que realmente no abunda sobre los homeless (sin techo) Haigh no los juzga, en realidad, no juzga a ningún personaje, todos están ahí por razones ajenas a ellos, porque la vida los llevó ahí, aunque no quisieron.
Cuando salí de la sala tuve un sentimiento inexplicable, al ver esta película pude ver un montón de cosas que tal vez no se hablan, o por lo menos no de la forma en la que lo hizo el director. Quedé con una suerte de angustia, pero con esperanza, de que, aunque el viaje sea largo, se puede llegar.
Hay varias razones para ver Lean on Pete más de una vez, pero una de ellas es por lo maravillosa que es.
Título original: Lean on Pete.
Año: 2017
Duración: 121 min.
País: Reino Unido.
Dirección: Andrew Haigh.
Guion: Andrew Haigh.
Música: James Edward Baker.
Fotografía: Magnus Nordenhof Jønck.
Reparto: Charlie Plummer, Travis Fimmel, Steve Buscemi, Chloe Sevigny, Steve Zahn, Thomas Mann, Amy Siemitz.
Puntaje: 8/10